Antonio Gaudí
Sin lugar a dudas la original percepción que este arquitecto
español tenía de la naturaleza y su voluntad de transformarla en arquitectura,
lo convierten en uno de los grandes pioneros de la arquitectura orgánica a
nivel mundial.[1]
Como el mismo Gaudí lo afirmaba al hablar de su obra todo en
ella “sale del gran libro de la Naturaleza, esta naturaleza que siempre es mi
maestra”.[2]
Gaudí aprendió́ a amar la naturaleza desde niño. El hecho de
sufrir fiebre reumática, le permitió pasar largas temporadas en una casa de
campo, contemplando las formas naturales que se convertirían en la gran fuente
de inspiración, tanto de la decoración, como de las estructuras de sus
edificios, pues “su sistema constructivo se basaba en una sencilla observación del entorno natural en
el que encontraba estructuras funcionalmente perfectas y formas decorativas de
gran belleza estética”.[3]
En cuanto a las estructuras se refiere Gaudí concluyó que “las
geometrías de la naturaleza se basaban en muchos casos en superficies torcidas,
es decir, curvas en el espacio pero compuestas de líneas rectas que se pueden
encontrar con gran frecuencia en las plantas, los seres vivos y en las montanas”.
[4]
“Basándose en la teoría de la geometría reglada, definió́
cuatro superficies distintas —helicoide, hiperboloide, conoide y paraboloide hiperbólico—,
todas ellas extraídas de la naturaleza y trasladadas por el genio de Gaudí́ a
la arquitectura”.[5]
“Según Bassegoda Nonell, el helicoide es la forma del tronco
del eucalipto y Gaudí́ lo utilizó en las columnas torsas del
Colegio Teresiano. El hiperboloide es la forma del fémur
y lo usó en las columnas de la Sagrada Familia. El paraboloide hiperbólico es
la forma que adoptan los tendones entre los dedos de una mano y el maestro lo
introdujo por primera vez en la historia en las bóvedas de la Cripta de la
Colonia Güell”.[6]
A este innovador lenguaje constructivo Gaudí añadió́ un
universo decorativo riquísimo y repleto de simbología, también inspirado en el
mundo animal y vegetal; donde utilizaba
técnicas tradicionales como los trabajos de forja, el uso del ladrillo,
la cerámica y la ebanistería... [7]
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