Juan O’Gorman.
Aunque en los años treinta O’Gorman, junto con otros
arquitectos, inicia en México un movimiento hacia el funcionalismo en los
términos establecidos por Le Corbusier, a mediados de siglo le da un viraje
radical en su trabajo y se convierte en pionero de la arquitectura orgánica de
ese país.
Según Margarita García, cuando O ‘Gorman inicia la
Biblioteca de la UNAM, ya había cambiado sus ideas sobre la arquitectura. “Harto
de ver la proliferación y la desvirtualización del funcionalismo, expresa con
rigor su desacuerdo con dicho movimiento, al que considera como una “ingeniería
de edificios” que prescinde y excluye la integración del arte, la expresión de
“lo nacional” y “lo regional” y se aparta del entorno físico en donde se produce,
además de servir de instrumento de explotación del capitalismo... Y planteaba
una nueva teoría de arquitectura, la “orgánica”, que “implica la relación entre
el edificio y el paisaje que lo rodea, convirtiendo “a la habitación humana en el vehículo de armonía entre el
hombre y la tierra”. [1]
Para entender porque O ‘Gorman se considera pionero de la arquitectura
ambiental en México, basta recordar las ideas que plasma en la construcción de
su casa habitación, que fue destruida al venderse.
“Empotrada en la roca del Pedregal de San Ángel, de tal
manera que la estancia queda cubierta en parte por una media burbuja
deformación natural en la lava… Todos los muros se construyeron siguiendo en
planta la forma de la lava, con el doble propósito de ahorrar cimientos y
obtener formas sugeridas por la conformación natural del terreno rocoso formado
por la erupción volcánica...”[2]
Uno de los famosos murales de O´Gorman, también pintor.
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